El pasado 4 de octubre, la I Residencia Artística ENATE llegó a su fin con un Open Studio en La Casa de Velázquez, en Madrid. Este evento fue el broche final a un mes de inmersión artística en el que los artistas Jon Cazenave, Irati Inoriza, junto con el comisario Rafa Barber dieron a conocer sus propuestas a un público profesional del mundo del arte.
Un mes de creación en el corazón de la naturaleza
Durante septiembre, los artistas tuvieron la oportunidad de desarrollar sus proyectos en lugares tan singulares como el Balneario de Panticosa y los viñedos de ENATE, situados en el corazón de la D.O.P. Somontano, en Huesca. Estos entornos únicos, rodeados de paisajes naturales y la cultura del vino, fueron el telón de fondo perfecto para una exploración profunda de temas como la ecología, el medio ambiente y la historia vitivinícola. En este contexto, la residencia ofreció a los participantes una experiencia inmersiva que permitió el contacto directo con la comunidad local y reflexionar sobre la relación entre el ser humano, la tierra y el arte.
El Open Studio: un espacio de diálogo y reflexión

El evento, que tuvo lugar en La Casa de Velázquez de Madrid, se convirtió en un espacio de intercambio entre los artistas y los asistentes. Durante la jornada, los asistentes y profesionales del sector artístico pudieron adentrarse en el proceso creativo de los residentes, descubriendo cómo sus obras abordaban tanto las preocupaciones medioambientales como la riqueza cultural del vino.
Jon Cazenave, destacó la importancia de esta residencia para el desarrollo de su trabajo: “Como artista visual, ha sido una oportunidad desarrollar un proyecto que explora la intersección entre naturaleza y cultura, un tema central en mi investigación artística actual, en un contexto como el que se propone en esta residencia”, comentó.
Por su parte, Irati Inoriza, subrayó lo especial de la convivencia durante el proceso creativo. “Ha sido una experiencia muy bonita y especial. Hemos compartido mucho, y eso no siempre ocurre. En muy poco tiempo se genera una convivencia intensa, de pasar de no conocernos a compartir prácticamente todo”, afirmó.
Asimismo, Rafa Barber, el comisario de la residencia, quien acompañó a los artistas durante su exploración, resaltó que, aunque no hubo una colaboración directa entre las obras de los participantes, sí se produjo un intercambio constante de ideas, lo cual enriqueció las propuestas artísticas de ambos: “El diálogo fue clave. Hablábamos de todo: del vino, del paisaje, del arte… Fue un cruce de ideas que acabó uniendo las dos propuestas”, explicó.
Un proyecto con visión de futuro
Para Luis Nozaleda, director general de ENATE, el Open Studio ha sido una plataforma fundamental para que los artistas presentaran sus trabajos ante la comunidad artística y recibieran el reconocimiento por su esfuerzo y creatividad. Y es que este primer ciclo de la I Residencia Artística ENATE ha sido un reto y una gran oportunidad para los artistas, que han podido interactuar directamente con la comunidad local y crear obras que reflexionan sobre la relación entre el ser humano, la tierra y el arte. Además, el evento contó con la presencia de figuras clave del mundo del arte, como comisarios, coleccionistas, críticos y representantes de instituciones culturales, lo que subraya la relevancia de este tipo de iniciativas para el panorama artístico contemporáneo.



