El otoño es una estación mágica en el mundo de la viticultura. En este momento del año, nuestros viñedos se visten de colores cálidos y las labores en el campo adquieren un ritmo diferente. Es un periodo de transición en el que preparamos nuestras vides para el merecido descanso invernal. Hoy daremos un paseo a través de las labores del viñedo en otoño y veremos cómo contribuyen a la calidad de nuestros vinos. 

La vendimia 

El otoño comienza con la finalización de la vendimia, uno de los momentos más emocionantes del año. Durante semanas, nuestro equipo de viticultura ha recorrido los campos seleccionando las mejores uvas. El viñedo lo ha dado todo hasta esta fecha, la más esperada del año.  

A continuación, es muy importante analizar los resultados de la vendimia: se realiza una valoración general, para considerar si los rendimientos han sido los esperados, y si hay posibles puntos de mejora. Además, el equipo de Viticultura lleva a cabo las labores de arranque y preparación del suelo, que incluyen la reestructuración de viñedo, así, por ejemplo, las viñas que ya no dan suficiente calidad serán arrancadas, para dar paso a otras nuevas.  

Momento de descanso y recuperación 

El otoño es también el momento en que nuestras vides almacenan nutrientes en las raíces antes de entrar en su período de dormancia durante el invierno. Este proceso se conoce como ‘agostamiento’, y consiste en la acumulación de reservas en forma de almidón en los brazos, el tronco y las raíces de la planta. Así, son las reservas que utilizará la planta durante el invierno, la estación más fría, para desarrollarse después de la brotación. 

Por eso, el agostamiento es una parte esencial del ciclo, que condicionará el desarrollo de la vid al año siguiente. Así, es muy importante que las cepas no se encuentren en situación de estrés, por lo que se realizan prácticas preventivas como los riegos post-vendimia. Un signo de un buen agostamiento es la no caída de las hojas: significará que la planta cuenta con suficientes nutrientes para tener un crecimiento óptimo.   

En conclusión, el otoño en el viñedo es un momento de reflexión y trabajos preventivos. Es un período en el que nuestro equipo trabaja incansablemente para asegurarse de que nuestras vides estén preparadas para el invierno y para la próxima cosecha.  

En ENATE, el otoño es un recordatorio de que la naturaleza y el tiempo son esenciales en la creación de vinos excepcionales. Y si quieres visitar nuestra bodega durante el otoño, y pasear por nuestros viñedos teñidos de tonos marrones, no dudes en consultar nuestras experiencias enoturísticas. ¡Nos vemos pronto!