Dicen de él que es uno de los mejores vinos de España. Quizá por eso, el Anuario de Vinos El País le otorgó 98 puntos en 2019, posicionándolo en su Cuadro de Honor. Para su elaborador, Jesús Artajona, enólogo de la bodega, ENATE UNO Chardonnay “es un vino blanco original, diseñado a pie de viña y elaborado según una exclusiva vinificación a la carta”. Arte por dentro y por fuera.
Viticultura de precisión, baja producción y vendimia manual para este Chardonnay
Porque el éxito nunca es fruto del azar, ENATE UNO Chardonnay se elabora de acuerdo a unos rigurosos estándares de calidad desde la tierra, en el propio viñedo, caracterizado por su textura franco-arenosa y ubicado en un microclima “mediterráneo de interior”. Emplazado en la finca de Planacor, entre Salas Bajas y Barbastro, aquí se encuentran las cepas de Chardonnay más antiguas del Somontano.
Un trabajo cuidado, medido y pausado el que se hace para este vino. También en la vendimia. Una vendimia netamente manual, donde se seleccionan los mejores racimos, aquellos que se encuentran en su estado óptimo de maduración y que se realiza a primera hora de la mañana, cuando empieza a despuntar el día, y en pequeñas cajas de 15 kg de capacidad. En la última vendimia, la de 2019, se recogieron un total de 3.030 kg de esta finca, mano a mano.
Tras la selección en el viñedo, las uvas pasan de nuevo por la mesa de selección, en la recepción de la uva, para asegurarnos de que la uva entra en bodega de acuerdo a los máximos estándares de calidad, ya que solo así se podrá garantizar la elaboración de este vino. Un vino que, en la historia de ENATE, solo ha salido al mercado en cuatro ocasiones: 2003, 2006, 2011 y 2012.
Vino blanco con crianza sobre sus lías
El mimo y cuidado continúan en su elaboración. Tras un deburbado en frío durante 60 horas del mosto flor, se lleva a cabo la fermentación alcohólica en barrica nueva de roble francés de grano fino y tostado medio. A continuación, y previa adaptación de las bacterias lácticas al alcohol y al pH, el mosto realiza la maloláctica en barricas nuevas de roble francés.
La crianza del vino se lleva a cabo sobre las lías, ajustando el nivel de turbidez para mantener un colchón coloidal que amortigüe el impacto sensorial de la barrica y respete el carácter varietal. El vino permanece en barrica entre 18 y 20 meses. Concretamente, UNO Chardonnay 2012, lo hizo desde el 29 de agosto de 2011 hasta el 5 de diciembre del 2012. Tras la crianza en barricas, el vino continúa reposando en un pequeño depósito hasta el día de su embotellado que, en su última añada, la del 2012, fue el 24 de enero del 2013.
Un Chardonnay que rompe con la imagen de fragilidad de los blancos
Fruto de todo este trabajo se obtiene un vino blanco de largo recorrido, enorme potencial, fresco y carnoso. Un latigazo para los sentidos. De color amarillo dorado, su nariz es un continuo desfile de notas lácticas, de melocotón maduro, frutos secos, turrón y torrefactos, sobre un elegante fondo mineral. En boca, el vino combina con destreza la frescura con una extraordinaria carnosidad.
Un vino de personalidad única y muy exuberante que requiere de determinados maridajes gastronómicos, resultando ideal su acompañamiento con quesos fuertes, pescados y platos y guisos potentes.
Arte por dentro y fuera de esta botella a través también de su etiqueta, que viste una pintura original del pintor e interiorista alemán Erwin Bechtold.