Elegir el vino en un restaurante puede ser un reto para algunos. Hay quien prefiere dejarse guiar por el sumiller o camarero para acertar seguro, quien pide siempre los vinos que conoce o quien aprovecha la ocasión para demostrar que entiende del mundo del vino. Aquí tienes algunos consejos clave para saber cómo elegir un vino en un restaurante.
Conocer los platos que se van a tomar es clave para elegir adecuadamente el vino de una comida
El primer consejo es escuchar al sumiller o personal de sala, que podrá recomendarte las mejores opciones. Además de ser un personal con formación, conoce la carta del restaurante y el detalle de los paltos que vais a consumir, por lo que siempre es bueno escuchar sus sugerencias. Y es que lo primero que debes saber es qué platos se van a elegir para poder escoger el vino que mejor maride con esos alimentos, su forma de cocinado, sus condimentos… Hemos comentado en otros posts que las carnes rojas, los guisos o los ahumados funcionan muy bien con tintos que han pasado un tiempo en barricas, o que los pescados, las carnes blancas, o los platos orientales y más especiados maridan muy bien con los blancos. Tendrás que valorar aspectos como la grasa de los productos, la intensidad de los aromas o la frescura que puede tener o no ese plato para valorar si la mejor opción es un blanco, un rosado o un tinto.
Si vas a pedir únicamente un tipo de vino, lo mejor será que este maride con el plato principal. Si por el contrario vas a pedir diferentes vinos, empieza siempre por los más sencillos y ve incrementando la complejidad de los vinos: blancos, rosados y tintos jóvenes, blancos con barrica y después pasa a los tintos más complejos como pueden ser ENATE Crianza o ENATE Reserva.
Una vez escogido el vino, es importante evaluar que se encuentra en buenas condiciones para su consumo. Lo recomendable es que uno de los comensales pruebe el vino para saber si está en buen estado o si puede tener algún defecto, antes de que se sirva en toda la mesa.
A su vez, asegúrate de que la temperatura del vino es la adecuada. Esto es muy importante, ya que la temperatura es un factor que influirá mucho en la degustación del vino que has elegido. Si el vino está muy caliente o demasiado frío, no dudes en comentárselo al sumiller para que pueda corregirlo. Recuerda que la temperatura ideal de blancos y rosados jóvenes oscilará entre los 8 y los 12º, la de los tintos jóvenes entre 12 y 14º y la de los tintos con crianza y reserva entre 14 y 17º. Además, deja que el vino respire. Normalmente, todo el vino mejora si, cuando abres la botella, lo dejas respirar y permites que vaya desplegando sus mejores facultades.
Por otro lado, nuestra recomendación es que no te dejes guiar solo por los precios o por la estética de las botellas. Son consejos difíciles, ya que el sentido de la vista juega un papel muy importante y existe un sentimiento general de que lo caro siempre es mejor, pero no siempre es así. Abre la mente y déjate guiar por sus características y facultades, mira la parte de atrás de las etiquetas para saber más sobre la variedad, el origen, la elaboración o los aromas y características del vino que tienes entre manos. Toda esta información resulta útil en la elección del vino, si además de conocer los platos que vais a degustar, conoces las preferencias de todos los comensales.
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