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Así se prepara el viñedo en invierno

El invierno ha llegado y, con él, una nueva etapa de trabajo en el viñedo para preparar el próximo ciclo vegetativo. Y es que, cada estación marca un tipo de trabajo. Ya que no se trabaja y se cuida de la misma forma el viñedo en primavera que en otoño, cuando la planta se recupera de la vendimia, o que en invierno, cuando la vid se encuentra en reposo vegetativo, realizando el letargo invernal. Te contamos cómo se prepara el viñedo en invierno a través de las diferentes labores que se realizan en esta época del año.

Invierno es sinónimo de frío, heladas, incluso nevadas, como la que caracterizó el inicio del 2021 con la borrasca Filomena, trayendo una gran cantidad de nieve consigo y dejando nuestros viñedos cubiertos, algo no muy habitual en el Somontano pero que resultó tremendamente enriquecedor, ya que permitió una gran acumulación de agua y humedad subterránea, de gran ayuda para el inicio de la nueva vida en primavera.

¿Es el frío dañino para la vid?

Al contrario de lo que pueda pensarse, el frío, las heladas y el mal temporal no afecta de forma negativa al viñedo. Los viñedos suelen estar situados en zonas desfavorecidas donde la tierra es más pobre, asegurando de esta forma que, si llueve mucho, afectará de forma positiva. “Esto es debido a que esa lluvia bajará a los subsuelos de la tierra seca absorbiendo la mayoría, no creando charcos ni sobrehidratación”, nos explica el Departamento de Viticultura de ENATE. Además, en el Somontano solemos vivir otoños muy secos, por lo que las precipitaciones de invierno son importantes para que la planta se recupere.

Durante el invierno, la vid entra en parón vegetativo (periodo durante el cual la planta concentra toda la savia en sus raíces, deteniendo así su circulación), por lo que es muy importante en los meses previos preparar la vid para ese descanso vegetal.

Abonar, podar y preparar las plantaciones son algunas de las labores que se realizan en invierno para preparar el viñedo

La primera labor que realizamos es la preparación del suelo, abonando y nutriendo la tierra con diferentes técnicas y productos de viticultura ecológica. De este modo, se preparan los abonados orgánicos realizados todos con materia orgánica.

Tras la preparación del suelo, la segunda labor es la prepoda mecánica y manual. La prepoda mecánica se realiza con tractor para soltar los sarmientos y, de esa forma, facilitar posteriormente la poda manual. ¿Sabes por qué la poda se realiza en invierno? Fundamentalmente es debido a que no hay humedad, es un ambiente seco y frío y estas condiciones previenen que se creen hongos en las vides tras las posibles heridas creadas por la poda. Además, esta práctica también se realiza en invierno para que las plantas acumulen reservas para superar el invierno y recuperarse para cuando la vid se encuentre en reposo vegetativo.

Asimismo, existen diferentes tipos de poda dependiendo de la edad del viñedo: en vaso o poda en cordón. La poda en vaso se trata de una poda de porte bajo, constituida por un tronco bajo y un número variable de brazos dispuestos de forma radial sin ningún tipo de soporte mecánico. En ENATE solo contamos con una parcela experimental en la cual lo que realizamos es dejar uno o dos brazos de cepa y colocarlos horizontalmente a lo largo de los alambres de sujeción. Y siempre bajo una premisa importante: todas las podas que realizamos en ENATE son podas de respeto para evitar enfermedades en la madera.

La siguiente labor que realizamos tras la poda es la llamada “escoba”. En esta fase retiramos con una máquina los trozos de madera que se han caído al realizar la poda, y las dejamos en los pasillos que hay entre las vides, por las que posteriormente pasará una trituradora, convirtiendo los restos de la vid en abono. “Desde ENATE estamos comprometidos con el medioambiente, por lo que dejamos de quemar los restos de la poda, reduciendo así la emisión de CO2 a la atmósfera, que ha sido sustituida por la “escoba”, una forma mucho más ecológica y que además aumenta la vida del suelo, aportando utilidad a las ramas que ya no forman parte de la vid”, explica el Departamento de Viticultura.

Finalmente, la última labor que se realiza antes de dejar la planta en reposo vegetativo es la conducción de la vid. En esta fase lo que realizamos es fijar la planta a alambres para sostener y conducir el crecimiento de la planta y para proteger las ramas de los posibles daños por el viento o por las manos del hombre tras las labores.

Así que el invierno se inaugura con una intensa planificación de trabajo y dedicación. Y es que en ENATE, trabajamos cada una de las etapas de la vid con mucho cariño y cuidado gracias a una viticultura sostenible, respetuosa y de precisión que garantiza unos vinos de gran calidad. ¿Quieres conocer más sobre nuestra bodega? Descubre todo lo que ENATE puede ofrecerte a través de las visitas y de nuestra oferta enoturística.

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