La maduración del grano de la uva es un proceso crucial, que determinará la calidad y el carácter de nuestros vinos. El mes de julio es la recta final para el viñedo, donde el desarrollo de la vid llegará a su fin y las uvas alcanzarán su punto óptimo hasta ser vendimiadas.

Si paseas entre nuestros viñedos a lo largo de este mes, contemplarás diferentes tonos en la piel de las uvas, así como diferentes tamaños y características. Hoy descubrimos qué factores influyen en la evolución del viñedo durante el mes de julio.

Factores que influyen en la maduración de los granos

Exposición al sol

Las uvas que reciben más luz solar tienden a madurar más rápidamente. Dentro de un mismo racimo, los granos expuestos directamente al sol madurarán antes que aquellos en las zonas sombreadas. Esto se debe a que el sol es el responsable de la fotosíntesis, la transpiración, el color verde de las hojas, la producción de azúcar y almidón, y en general de todas las funciones metabólicas de la planta. 

El microclima de cada viñedo

Los pequeños microclimas dentro del viñedo pueden afectar la temperatura y la humedad, influyendo en la velocidad de maduración de las uvas en diferentes áreas. No todos los viñedos cuentan con las mismas condiciones climáticas, ya que algunas parcelas reciben más horas de sol que otras, o cuentan con mayor o menor ventilación.  

Nutrientes y agua

La distribución de los nutrientes y recursos hídricos que recibe el viñedo no siempre es uniforme. Las uvas en las partes superiores de la vid pueden recibir más nutrientes, mientras que las de abajo pueden tener más acceso a agua, afectando ambos factores a su ritmo de maduración.

La genética

Cada cepa de vid y, en algunos casos, cada planta, puede tener una variabilidad genética que influye en cómo y cuándo madurarán sus uvas.

Prácticas en el manejo del viñedo

Prácticas como la poda y la orientación de las filas influyen significativamente en la maduración de las uvas. Una poda adecuada asegura una mejor exposición al sol y una correcta circulación del aire.

La vid durante el mes de julio

En julio, nuestras vides están en plena fase de crecimiento y desarrollo. Este mes es crucial para la formación de los racimos, que continúan su maduración, mientras las hojas están verdes y llenas de vida. Es un período de vigilancia constante, donde aseguramos que cada planta reciba lo necesario para poder desarrollarse adecuadamente.

Durante la última etapa de maduración, el calor y las precipitaciones juegan un papel fundamental: El calor favorece la acumulación de azúcares y la maduración uniforme de las uvas. Sin embargo, un exceso de calor puede provocar deshidratación y estrés en las plantas. Por su parte, las precipitaciones moderadas son beneficiosas para mantener la hidratación del grano y la planta. ¡Las uvas contienen más de un 80% de agua!

Antes de la vendimia

A medida que nos acercamos a la vendimia número 33 en ENATE, las uvas experimentan varios cambios significativos.

Los azúcares

Las uvas comienzan a acumular más azúcares, lo que es esencial para alcanzar el grado de dulzura necesario para la elaboración del vino una vez en bodega. Durante la fermentación alcohólica, las levaduras seleccionadas transformarán el mosto en vino, metabolizando los azúcares que se convertirán en alcohol. Así, es un elemento muy importante de cara a la elaboración de vinos de excelente calidad. A su vez, la acidez de las uvas disminuye gradualmente durante estos días, equilibrando los sabores y preparando las uvas para la cosecha.

Se desarrollan los aromas y sabores

Los compuestos aromáticos y de sabor se intensifican, lo que es crucial para el perfil sensorial del vino. ¿Sabías que la piel de la uva contiene gran parte de los compuestos aromáticos que tendrá el vino?

Cambios en la coloración

Las variedades tintas comienzan a mostrar un color más profundo y oscuro, mientras que las uvas blancas desarrollan tonos dorados. En la elaboración de vinos tintos, la piel de la uva será la encargada de proporcionar el color al vino, mediante un proceso denominado ‘skin-contact’ donde las pieles y el mosto están en contacto, realizando una maceración.

La diferencia según el tipo de uva

Las variedades de uva blancas suelen madurar relativamente temprano. En nuestro caso, la chardonnay siempre es la encargada de inaugurar la vendimia: en 2023, comenzó el 11 de agosto. La gewürztraminer, por ejemplo, necesita también un desarrollo óptimo para alcanzar la acidez adecuada.

Algunas variedades tintas pueden necesitar una temporada de crecimiento más larga, y el calor les ayuda a desarrollar taninos y sabores más complejos. Nuestra bodega trabaja con cuatro variedades de uva tinta diferentes: cabernet sauvignon, merlot, tempranillo y syrah.

Así, en ENATE, cada etapa del proceso de maduración es minuciosamente cuidada, para asegurar que las uvas alcancen su máximo potencial, resultando en vinos de alta calidad y carácter distintivo. Este delicado equilibrio entre la naturaleza y la experiencia vitivinícola es lo que nos permite crear vinos excepcionales que reflejan la esencia de nuestro terruño, en el corazón del Somontano. Si quieres descubrir ENATE, consulta nuestra oferta enoturística y ven a visitarnos. Y si prefieres catar nuestros vinos desde la comodidad de tu casa, accede a nuestra boutique online y hazte con tus favoritos.